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El proyecto, con una inversión cercana a los 600.000 euros, convertirá el histórico inmueble en un hotel emblemático

Tras más de una década desde su adquisición por parte del Ayuntamiento de La Victoria de Acentejo, la rehabilitación de la antigua casona del Deán Calzadilla será por fin una realidad. El Gobierno de Canarias y el Ejecutivo Local han logrado desbloquear el proyecto para la recuperación del histórico inmueble, con el objetivo de convertirlo en un hotel emblemático. Dotando, además, al municipio de su primera oferta alojativa.

El acuerdo se concretó durante la reunión celebrada la pasada semana entre el alcalde del municipio, Juan Antonio García, y el director general de Infraestructura Turística del Gobierno regional, Fernando Miñarro. En el encuentro, el responsable autonómico anunció que van a destinar 400.000 euros al proyecto, una cantidad que se sumará a su vez a los 170.000 euros que aportará el Ayuntamiento victoriero.

La previsión es que antes de que acabe el año se cuente con dicho presupuesto con el fin de sacar a licitación las obras a principios de 2022. Juan Antonio García celebra la buena noticia: «Por fin se da luz verde a este ansiado proyecto que lleva años enquistado a pesar de la importancia que tiene para nuestro municipio, por cuanto no solo supone la rehabilitación de este importante elemento de nuestro patrimonio histórico, sino porque también posibilita que La Victoria cuente con sus primeras camas alojativas».

Asimismo, el regidor local ha querido agradecer el buen entendimiento entre el Ayuntamiento y la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, que preside Yaiza Castilla, para conseguir que este proyecto salga adelante tras años de espera.

La casa del Deán Calzadilla, que se halla junto a la ermita del barrio de San Juan, es una construcción canaria que data del siglo XVIII. Fue la residencia familiar de don Nicolás de Calzadilla, quien nació en La Victoria de Acentejo y fue deán de la Santa Iglesia Catedral de Canarias y, por ello, uno de los más ilustres ciudadanos del municipio.

Se trata de una edificación de 500 metros cuadrados de superficie dividida en dos plantas que cuentan con un pasillo central que alberga estancias a ambos lados. Asimismo, dispone de elementos etnográficos y espacios exteriores como patios, jardines, azoteas, un aljibe y una era, entre otros, que en su conjunto suman una superficie de 1.100 metros cuadrados.

«Este impulso al proyecto resulta primordial también para que no se dilate en el tiempo el inicio de las obras de rehabilitación de este antiguo inmueble con más de tres siglos de historia y se consiga frenar el deterioro que supone tenerlo cerrado», apostilla Juan Antonio García Abreu.